jueves, 30 de julio de 2009

ESPÍRITU DE GRUPO “La Unión hace la Fuerza”



ESPÍRITU DE GRUPO “La Unión hace la Fuerza”
Profr. J. Jorge Vega Silva

El manejo individual de nuestras responsabilidades como docentes, son la clave del buen desempeño personal de nuestras funciones como profesores, sin embargo el enriquecimiento de la labor docente en una institución se logra a través del trabajo colegiado y colaborativo.

La forma más práctica de integrar esfuerzos y lograr mejores resultados, como grupo operativo, es la constitución de academias; en la escuela secundaria, las academias las conformamos docentes que impartimos asignaturas afines; las academias tienen como funciones principales, analizar los programas de estudio, la implementación de estrategias de enseñanza; y el establecimiento de criterios de evaluación, todos ellos acordes con los aprendizajes esperados o sugeridos por el perfil de egreso y el desarrollo de competencias que plantean los nuevos programas de estudio.

La operatividad de las academias implica la realización periódica de reuniones; las características que se deben considerar para la realización de estas son:
-Programar en función de las necesidades académicas previamente consideradas o cuando surja algún problema pedagógico-curricular que deba ser atendido.
-Las actividades específicas de la reunión deben ser planeadas de tal forma que incluya la revisión, análisis, discusión y toma objetiva de decisiones en la forma de abordar los aspectos pedagógicos y didácticos en el ámbito que nos corresponda en la asignatura de nuestra competencia;
-Establecer colegiadamente, acuerdos acerca de los métodos, medios, recursos, así como estrategias para el aprendizaje de los alumnos,
-Instaurar criterios válidos y operativos para la evaluación conforme a la normatividad vigente.
-Revisar aspectos personales de los alumnos, la forma en que se relacionan durante los trabajos por equipo, con la intención de brindar apoyo conjunto en el caso de observar desviaciones conductuales, personales y de grupo.
-Intercambiar experiencias sobre investigaciones personales realizadas, así como los hallazgos obtenidos; y hacer propuestas de trabajo ante la dirección del plantel, a fin de favorecer las condiciones de aprendizaje de los alumnos y de la enseñanza como una labor de alto grado misma que es responsabilidad de los maestros.

Durante las jornadas de planeación general de la institución, nos integramos normalmente a las academias como un órgano de apoyo a la Gestión Escolar. Ya conformada la academia y constituida, se formalizan los resultados, a través de una acta de academia en la que se comprometen las opiniones y como parte de los acuerdos, se establecen las fechas en las que sugieren obligadamente llevar a cabo las reuniones, o cuando menos quedan señaladas de manera tentativa, las fechas más viables.

La academia tiene una organización, constituida cuando menos por: un presidente y un secretario; El presidente de la academia debe acordar y verificar (ante las autoridades del plantel), con precisión la fecha y hora de reunión; e integrar el orden del día, con los puntos sugeridos por los integrantes de la academia y las autoridades mismas, cuando menos una semana antes de la realización. El secretario es el encargado de levantar el acta formal en la cual estarán integrados, además del orden del día, todos los acuerdos a los que haya llegado el colectivo de la academia, relacionados con los puntos a abordar en la agenda, misma que puede incluir como aspectos base, revisión de los avances en los programas de estudio, dificultades encontradas en su abordaje, resultados de aprobación y aprovechamiento bimestral, lecturas referentes a: planeación, estrategias de enseñanza, estrategias de aprendizaje, evaluación, conceptos, etc. Si los directivos del plantel cuentan con esta información al inicio del período escolar, tendrán oportunidad para hacer aclaraciones, sugerencias y/o recomendaciones, además que les permitirá organizar su agenda a dichas fechas, pudiendo introducir algún tema, lectura, fragmento de video, noticia, etc. que desde su punto de vista, beneficie el desarrollo del trabajo académico.

Así mismo dentro las actividades tecnológicas, se tiene que evidenciar los conocimientos aprendidos en las reuniones de academia, desarrollando los planes y programas para lograr los objetivo deseados.
Y a través de la reflexión y el análisis intentamos alcanzar la comprensión del enfoque pedagógico de la asignatura de tecnología, generando la posibilidad de empezar a manejar y aplicar la metodología propuesta en el programa de estudios, a través de ejercicios de planeación de enseñanza y de evaluación por proyectos, llegando a plantear la resolución de problemas específicos, que son parte de los rasgos considerados en el perfil de egreso de los alumnos y son al final, una manifestación de las competencias adquiridas por nuestros educandos.


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