jueves, 30 de julio de 2009

NO TODO EL QUE ENSEÑA ES DOCENTE…



NO TODO EL QUE ENSEÑA ES DOCENTE…
Profr. José Iver Zavala Torres


Las instituciones de educación superior enfrentan, a diferencia de las de educación básica, un problema de raíz en relación con su planta docente.

Mientras que los profesores de nivel básico tuvieron que realizar durante cuatro o cinco años estudios que los formaran como profesores en las escuelas Normales, en algunos niveles de educación media o superior, se reclutan continuamente como docentes, a pasantes o egresados de diversas licenciaturas: ingenieros, médicos, sociólogos, químicos, antropólogos, biólogos, comunicólogos, administradores y otros, sin ninguna formación específica para la docencia. Así que, parte de los profesores de las instituciones de algún nivel educativo, son profesionistas egresados de alguna licenciatura o carrera técnica, que nunca realizaron estudios especiales que los capacitaran para ejercer la docencia.

Esta situación específica, tiene su origen en el convencimiento sobreentendido de que para poder enseñar mecánica, hay que ser ingeniero; para poder enseñar dibujo, hay que ser arquitecto, o alguna otra profesión, ya que lo que se necesita para ejercer la docencia, es ser experto en el área, taller o materia que se va impartir. Sin embargo, la experiencia misma nos ha enseñado que, sin negar la verdad de esta afirmación, debemos considerarla como relativa.

El ser experto en el área o materia que se imparte es, evidentemente, una condición necesaria para ser buen profesor, pero de ninguna manera es una condición suficiente. Es decir, el dominio de una materia o taller, aunque necesario, no certifica por si mismo que uno la pueda enseñar eficaz y adecuadamente. Esta verdad la expresan muy acertadamente los estudiantes cuando afirman de un profesor que “es bueno y sabe mucho sobre la materia, pero no tiene los elementos o la habilidad para poder enseñar estos conocimientos”.

La razón de lo anterior es muy sencilla: estamos hablando de dos procesos de naturaleza diferente, que por lo mismo, requieren de cualidades o habilidades propias para llevarlo a cabo: “Todo el aspecto psicopedagógico y el manejo del modelo educativo basado en el constructivismo y lo que implica en el desempeño del docente.”

“Así que, no todo el que enseña es docente,
ni todo docente sabe enseñar.”

Por lo tanto, conozcamos algunos posibles indicadores de la problemática de un grupo:

Por parte del profesor(a):
No existe planeación académica, por lo tanto, no se está contemplando una metodología acorde que facilite el aspecto académico con los conocimientos previos que tienen los alumnos. La información previa con que cuentan los alumnos, no es suficiente para determinar el nivel académico (diagnostico), al estar carente de estos elementos, se limita su labor docente y aún, cuando cuenta con los recursos bibliográficos, no tiene la habilidad para manejar estrategias didácticas que satisfagan las necesidades de aprendizaje del alumno; concluyendo esta problemática, se vislumbra que el proceso de evaluación, no está siendo contemplado ni tan poco los elementos que en este intervienen, como los indicadores de aprendizaje significativo o estancamiento de los alumnos.

Por parte de los alumnos(as):
Insuficiente motivación que los invite a poner atención y participar en las actividades del grupo. Al carecer de la motivación, los alumnos no encuentran la intención o finalidad del porqué de su taller, asignatura o carrera. Apatía en general, para dar respuesta a los planteamientos realizados en clase (aplicación de examen, trabajo en equipo, nula participación y otros), así como el ausentismo mental, por causa del desinterés de la clase.

Para que un profesor constructivista desempeñe adecuadamente su labor docente en cualquier nivel educativo, sería conveniente que poseyera algunas de las siguientes características: Tener conocimiento base de la carrera, asignatura o taller en relación del ámbito técnico, social, económico, político y cultural de la misma. Las necesidades de proyección de esta en el ámbito laboral. Los perfiles de los recursos humanos, materiales y económicos que se requieren para el alumno(a). Formación psicopedagógica, antropológica, sociológica y filosófica, que le permitan visualizar las necesidades para la formación de un alumno integral. Manejo adecuado de una comunicación asertiva. Aptitudes y Actitudes positivas para la interacción con material humano (maestros, alumnos, sociedad, escuela). Disponibilidad al cambio, aceptación e interés por su actividad docente.

En conclusión, la función de la escuela en general, y de las instituciones de cualquier nivel educativo, no es la de informar, sino la de formar personas útiles a la sociedad. Los conocimientos teóricos son importantes, y más aún las actitudes, los valores, las habilidades y las destrezas que los alumnos puedan desarrollar para su formación integral.

Por tal razón, los docentes, además de contar con una formación profesional para el desempeño de su función, también deben de contar con una formación psicopedagógica que le brinden los elementos teórico-metodológicos, que facilite el proceso enseñanza-aprendizaje de sus alumnos, tales herramientas de formación docente, se pueden adquirir en la Licenciatura de Docencia Tecnológica en el CAMDF.

La capacitación y la actualización del personal docente en los diversos rubros de su quehacer educativo, dará como resultado una mejor adaptación y asimilación del proceso enseñanza-aprendizaje, así que, cualquier profesor(a), al hacer uso adecuado del CONSTRUCTIVISMO, logrará un mejor desempeño docente.

“El alumno
es el centro del proceso de enseñanza-aprendizaje,
es el que le da a éste,
sentido”



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