¿A QUIÉN LE CORRESPONDE?

¿A QUIÉN LE CORRESPONDE?
Profra. Miriam Ontiveros Celis

Dentro del Seminario de Administración Educativa que cursamos en la Licenciatura de Docencia Tecnológica, y en cuanto a su temática, hemos estudiado los “Principios Administrativos” (que se deben aplicar a la luz de los cambios, según Fayol). Uno de estos principios es la División del Trabajo, el cual es necesario para la eficiencia aplicada, tanto al trabajo administrativo como al técnico.

Así mismo, el Proceso Administrativo, en su fin pedagógico, se divide en cinco etapas: Planeación, organización, integración, dirección y control. Resulta de suma importancia que cada una de ellas se lleve a cabo, para cumplir la Misión de nuestro ámbito educativo, y más específico, en cada escuela a la que pertenecemos, ya que “de su adecuada aplicación depende el resultado del proceso enseñanza-aprendizaje de los alumnos” (Antología de Administración Educativa).

El Plan de Estudios 2006, nos da indicaciones de la flexibilidad a los docentes, para seleccionar las estrategias didácticas más adecuadas en el desarrollo de temas señalados, en los programas de las asignaturas, a partir de las características específicas de su contexto; y tomando como referentes fundamentales, tanto el enfoque de enseñanza como los aprendizajes esperados en cada asignatura. Optimizar el uso del tiempo y del espacio: comenzar y terminar las clases con puntualidad.

El espacio físico es factor determinante en las actitudes de alumnos y maestros, su manera de interactuar y las actividades a realizar, considerando la distribución del mobiliario de acuerdo a la actividad que se realice, un espacio agradable y adecuadamente acondicionado para favorecer el aprendizaje y el movimiento necesario de alumnos y maestros.

En esta reforma, la reflexión sobre las características y el papel de los jóvenes en la escuela secundaria y en la sociedad, ocupa un papel central. Se propone un currículo único y nacional, que tome en consideración las distintas realidades de los alumnos. Para implementarlo es necesario ser flexible en las estrategias de enseñanza, y en el uso de un repertorio amplio de recursos didácticos.

Toda acción de la escuela, se deberá planear y llevar a la práctica a partir de un conocimiento profundo de las características particulares de sus estudiantes, y considerando su interacción permanente con la sociedad, a través de la familia, la escuela, la cultura, los grupos de pares y los medios de comunicación. Sólo entonces la vivencia escolar se convertirá en una experiencia altamente formativa; es decir, en un aprendizaje para la vida.

Para tener un verdadero impacto en la vida de los adolescentes, es esencial que la escuela secundaria se ocupe de comprender y caracterizar al adolescente que recibe, y de definir con precisión lo que la escuela ofrece a sus estudiantes, para quienes las transformaciones y la necesidad de aprender nuevas cosas, serán una constante.

Necesitamos estar pendientes de lo que nos corresponde al interior de la escuela, con lo que se hace, y los resultados que se esperan para iniciar un proceso de autoevaluación. Este proceso da inicio, al tomar la decisión de reconocer la situación actual de la escuela con la intención de mejorarla; decisión que implica valorar lo que ocurre a partir de cada uno de los actores escolares que la forman, y cómo cada uno de ellos contribuye con el logro educativo que obtienen los estudiantes. El logro educativo es, en suma, lo que indica la pertinencia de las decisiones que se toman en cada organización escolar, y es la razón central del análisis de la realidad de la escuela. (La autoevaluación en el marco de la gestión escolar, Plan Estratégico de Transformación Escolar “PETE”).

Una oportunidad para modificar las formas de ver y entender la escuela, su organización y funcionamiento, se tiene al momento de realizar un análisis individual y colectivo de la situación actual en cada una de sus dimensiones, a fin de asegurar el mejoramiento continuo.

Este es el momento para hacer un alto, y revisar lo que sucede en varias escuelas con respecto a la cantidad de alumnos que atendemos en las aulas-taller, el tamaño de las instalaciones, el mobiliario con que se dispone, la distribución del horario, que por las condiciones antes mencionadas no siempre permite avanzar en las prácticas y propicia que los resultados en nuestros alumnos, no sean los esperados.

En muchas escuelas contar con dos maestros en actividad tecnológica, para atender un mismo grupo ya no es posible, aunque sí necesario por la naturaleza de la actividad que en ocasiones representa un verdadero riesgo (Higiene y Seguridad Escolar) considerando el tipo de maquinaria o equipo que se utiliza durante las prácticas.

El trabajar por “secciones”, es decir, con la mitad del grupo en diferente horario cada una, permitiría obtener mejores resultados en la guía o atención que sería más personalizada a cada alumno, lo que por ende conduciría al desarrollo de competencias y definición de aprendizajes esperados.

La OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, de la cuál México forma parte), propone para el avance en el aprendizaje, que el número de alumnos que se atiende disminuya paulatinamente (Acuerdo 384), hasta quedar con una población no mayor de treinta (Ley de Educación del Distrito Federal Cap. I, Art. 37; Mayo 2000).

En el entendido de que la comunidad educativa la conformamos todos los que en ella estamos presentes, es por demás decir, que, es responsabilidad de todos interactuar con compromiso, entrega y profesionalismo para el logro de los objetivos planeados por la misma institución, entre ellos, ser parte del grupo de escuelas de Calidad.

Considerando que estas se distinguen por la homogenización que logran sus integrantes, más no, por la gestión de tal o cual autoridad, debemos ser partícipes tanto en la toma de decisiones como en la puesta en marcha de dicho proyecto; sin perder de vista que el cimiento del proyecto es que el aprendizaje de los alumnos sea verdaderamente significativo.