jueves, 30 de julio de 2009

¿REFORMAS EN LA EDUCACIÓN PÚBLICA?



¿REFORMAS EN LA EDUCACIÓN PÚBLICA?
Profr. Braulio Mena Lagunas


Existe consenso en amplios sectores de la sociedad mexicana en cuanto a que nuestro sistema educativo mexicano no está respondiendo a las actuales necesidades de la población; se señala que continúan altos los índices de reprobación escolar, de deserción, de violencia en las escuelas y de falta de maestros.

Además, oficialmente se reconoce que quienes egresan de las diferentes escuelas carecen de conocimientos para incorporarse inmediatamente al aparato productivo y que de manera general no se cuenta con la capacidad competitiva para satisfacer la demanda de “calidad” que exige el mercado de trabajo internacional. En suma, el sistema educativo es un desastre.

Ante esta situación el gobierno federal en turno (como los anteriores) impone reformas para resolver la problemática, entre ellas el Acuerdo Nacional parea la Modernización Educativa (ANMEB), que descentralizó la educación e impuso la Carrera Magisterial; el Compromiso social para la Calidad de la Educación (CSCE), que abrió las puertas a la iniciativa privada; la Reforma Integral de Educación Secundaria (RIES-RES), impuso el enfoque por competencias, disminuyó los contenidos y las asignaturas en la educación secundaria; el Programa Escuelas de Calidad (PEC), que enfatiza el estigma de planteles escolares de primera y de segunda clase; Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE), que impone la aplicación del examen EXCALE; ; la Alianza por la Calidad de la Educación (ACE), que impone la “evaluación”, con un enfoque de rendición de cuentas, la certificación docente, los exámenes de oposición para el ingreso, basificación y promoción; la Reforma Integral de Educación Media Superior (RIEMS), que elimina las asignaturas de Filosofía, Lógica, Ética y Estética del currículo de los bachilleratos; y la Reforma Integral de Educación Básica (RIEB), que entrará en vigor a partir del siguiente ciclo escolar en la educación primaria, que se propone cerrar el círculo de la educación basada en competencias en todos los niveles.

Ante esta serie de reformas tendríamos que preguntar ¿en qué se ha mejorado la educación? Como respuesta encontramos que la situación educativa del país sigue empeorando, porque en las aulas no se ha reflejado un avance en los aprendizajes de los alumnos. Por el contrario, vemos que prevalece el abandono en las escuelas y que permanentemente se están violando los derechos laborales de los trabajadores.

Estos proyectos sexenales evidencian la ausencia de una política educativa capaz de hacer frente a los problemas reales de nuestro país; es decir, pretenden hacer más con menos. El Estado Mexicano ha descuidado la infraestructura de la escuelas, la formación de los maestros, ha promovido la intervención de la iniciativa privada en este rubro como si se tratara de un negocio y no de un derecho, cada vez disminuye el presupuesto, los salarios de los maestros, crece el desempleo en las filas de magisterio y no considera a los millones de mexicanos que se debaten en la pobreza y que están preocupados por su sobrevivencia.

Si se ubica correctamente esta situación es fácil comprender que el problema educativo más que técnico o pedagógico es de tipo social, económico y político porque tiene que ver con la distribución de la riqueza y del poder, puesto que en todas partes existen las prácticas de desigualdad social. “El déficit de capacitación es consecuencia de un modelo económico que ha dejado en el abandono -presupuestal, político, social- al sistema de educación pública y que desde hace más de dos décadas se ha empeñado en abaratar la mano de obra como supuesto factor de competitividad en el entorno global. Los sucesivos gobiernos del ciclo neoliberal han apostado por generar flujos de divisas mediante la atracción de plantas maquiladoras al país y, lo reconozcan o no, por dar como inevitable, y hasta positivo, el flujo migratorio hacia el vecino país del norte, fenómeno que se ha traducido en un movimiento de remesas, en sentido inverso que terminaron siendo uno de los principales soportes de la economía nacional” (La Jornada, 23 de julio de 2009).

En este sentido y dado que los maestros tenemos claro el compromiso de trabajo con el pueblo y la necesidad de actualizarnos permanentemente, no tiene caso la firma de acuerdos, discursos, pactos, “compromisos” y reformas que hasta ahora sólo han servido para que la administración en turno se justifique y avance en el proyecto privatizador.




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